sábado, 27 de junio de 2009

Retazos VI



El ambiente a cada momento iba haciéndose más pesado, el aliento insistente del sol había calentado la estancia hasta tal punto que, cuando cayó la noche, incluso las sábanas desprendían calor.

Una mujer reinaba ante aquel silencio imperturbado,
el camisón de raso blanco y encaje dibujaba su silueta de diosa quebrada,
sus rizos caían sinuosos por su espalda semi descubierta, acariciándola tímidamente,
escondiendo las cicatrices fingidas de su mente juguetona.

Tenía unos ojos grandes, tan expresivos que casi susurraban a voces sus más peligrosos secretos,
sabía que eran su punto débil, pero hasta cierto punto le gustaba.
El golpe seco de los nudillos contra la puerta blindada rompieron el sosiego nocturno,
la compañía humana era incómoda cuando tan solo se quería disfrutar de la soledad,
una bendición cuando la piel ardía tanto como las paredes.

El alcohol empapaba el áspero sentir de la madrugada,
calamaba la sed, delataba la perversión.
Si alguna vez quiso jugar a aquello en realidad, nunca lo supo,
pero tampoco hubo demasiado tiempo para el arrepentimiento absurdo.

Carreras de besos, lucha de cuerpos,
el beber desenfrenado de un nuevo veneno.
Los gritos, el silencio, el rasgar de la carne,
la sangre de un accidente, los gemidos indecentes,
gargantas rotas, palabras ahogadas, tórridos suspiros
entre sábanas profanadas...





Y de nuevo, el silencio.


jueves, 25 de junio de 2009

Retazos V


Las paredes derramaban apatía...
Una figura ahogada por sus pensamientos cabilaba cabizbaja ante tan vacua situación...
nunca llegó a creerse que podría acabar en un punto tan exasperante,
con la única y desagradable compañía de la melodía de un ventilador
a punto de quebrar.

Las gotas de sudor resbalaban rutinarias por las curvas de su cansado cuerpo,
incluso los suspiros delataban cierto matiz desesperado,
por huir, por salir corriendo sin rumbo...
quizá por caer y despeñarse en aquel acantilado de susurros.

Alzó la mirada, triste, melancólica, rabiosa...
con fuerza chocó su cabeza contra la pared, airada, furiosa.
Notaba como aquel nudo dichoso pujaba por salir de su garganta al exterior...
quería gritar, escupir el veneno que la mataba, disparar palabras...

Pero el silencio besó sus labios rotos,
las sombras envolvieron su contorno difuminado
dejando, de nuevo, la voluntad inerte.



La botella de vino, a dos tragos de morir,
reflejaba sinuosa la luz de una farola al borde del desmayo.
En su verde boca guardaba todos los secretos que ella no deseaba revelar...
Una mano fría pendía a su lado,
entre sus dedos escapaba, a escondidas, el último despertar.


domingo, 21 de junio de 2009

Retazos IV



El calor era abrumador aquella madrugada. Casi podía asir los rayos rezagados del sol,
parecían haberse quedado escondidos entre las esquinas de la destartalada habitación.
Las gotas de sudor salado copaban sus delicadas clavículas,
tan blancas como un invierno desconsolado,
casi podía verse la luna reflejada en ellas.

Su mirada era un extraño aliño entre el desconsuelo y la esperanza,
quien la conocía sabía que de lo último apenas quedaba un suspiro,
pero era bonito creer que los malos sentimientos podían
desdibujarse con la ingenuidad del desconocido.

Hacía ya muchas noches que no lloraba ante su reflejo,
las lágrimas habían tocado a su fin, quizá las precediera la sangre...
quizá aun le quedasen fuerzas para derramar su amargo óbito,
escurriendo leve y áspero
por sus destrozados lagrimales rubicundos.



De pronto, el chasquido indiscutible de un espejo al caer,
la mirada asustada de una mujer al borde de la locura
y la guadaña de lo inevitable.




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Imagen: Furiae

domingo, 14 de junio de 2009

Retazos III



Una pesada brisa de verano acosaba a la ciudad con un calor que no le correspondía aun azotaba malvada, aquí y allí, las ramas de un maltratado árbol y la enmarañada cabellera de quien osaba interponerse entre él y la eternidad.

El verano apenas acababa de empezar y resultaba, a todas vistas, demasiado sofocante como para ser verdad. Era tan denso, que prácticamente podías acariciar el bochorno con la yema sudada de los dedos.
El traqueteo incesante de los abanicos de madera inundaba el agonizante ambiente de los parques, que con su “clack clack” aumentaban la sensación de locura.

Pero la lluvia cayó, cayó durante todo un día, fresca, salvadora...invencible.

Había quien le imploraba que se llevase todos sus problemas, que limpiase sus almas, que aliviase sus penas…pero tan solo refrescó la piel ardiente de quien paseaba y asustó a alguno que otro con sus truenos enfadados. No la culpaban, después de todo, la lluvia no era quien debía purgar sus inquietudes.

viernes, 12 de junio de 2009

Retazos II



Los lamentos se escurrían por las paredes aquella noche de otoño. Un pequeño haz de luz iluminaba tímido la estancia, dibujando el contorno lúgubre de una mujer que teñía el mirar ajeno de melancolía... pero ella era así, lánguida en costumbres... y apenas media sonrisa se insinuaba en sus labios de terciopelo.

Acostumbraba a pasar las horas sola entre el silencio, acompañada únicamente del pesar que la envolvía. De vez en cuando, se asomaba a la ventana para demostrarle al mundo que la vida aún no le había vencido... Sin embargo su alma se ahogaba en el turbio traqueteo del respirar, su voz no emanaba la sinfonía de la victoria...desde hacía un largo tiempo sabía que su voluntad se había subyugado al fatuo destino que le ataba de pies y manos, la muerte dulcificada sellaba sus deseos con un beso quejumbroso de intenso sabor a metal.

miércoles, 10 de junio de 2009

Retazos I


Se encontraba allí postrado, en medio de esa carretera solitaria...con los ojos llenos de lágrimas y el miedo atando sus zapatos.

Sólo...con la oscuridad de una noche acelerada y las nubes cubriendo la lunática luz de la madrugada. Ni siquiera se adivinaba el ruido estridente de un motor averiado acercándose...tan solo un par de pensamientos tristes y el gemido sordo de un alma a punto de morir.


Quizá en otro tiempo habría sido feliz, habría podido disfrutar del olor embriagador del café una mañana cualquiera...preparándose para vivir, paladeando tímido los dulces albores de la ilusión.
Quizá en otro tiempo, sí...
Pero hoy le tocaba morir...o eso le susurraba el viento.

martes, 9 de junio de 2009

Bienvenidos


Dicen de las almas perdidas...que vagan entre la espesa oscuridad
buscando el consuelo desesperado de la soledad,
para así, refugiarse de los rencores de la cruel humanidad.
Atormentadas, se acurrucan en las esquinas...
abrazadas por la leve penumbra,
que las arrulla hasta que alcanzan su letargo.

Sollozan asustadas, ahogándose con sus lágrimas saladas...
que se funden culpables con el riachuelo de un bosque condenado.
Los silencios eternos las amarran con cadenas
a las dudas, los amargos recuerdos y los deseos extraviados,
que deambulan a placer como enredaderas envenenadas.

A veces, agónicas, alzan sus manos difuminadas...
que saliendo a la búsqueda de ayuda,
topan con cientos de suspiros inacabados,
con una maraña de sueños rotos...
con el viscoso rescoldo de un montón de corazones podridos.

El viento silba la dulce melodía de una lluvia purificadora,
las nubes se enfundan en su traje de luto para purgar las penas de otros,
de los injuriados, de los herejes condenados.

Bajo la tierra húmeda, susurran los gusanos...
que hambrientos, devoran ávidos el tiempo...
Haciendo su menester por decadente desidia...
arrebatan las horas huidizas si cabe más a prisa...

Amenaza los cielos el escarlata del amanecer,
...rubicundo se abre paso...
y aparece, sobre las hojas, la impía hiel...


Bienvenidos pues, a otro día cruel...